Ante la pandemia que nos ha tocado y nos toca vivir -donde absolutamente todas nuestras rutinas se vieron alteradas- nuestra salud mental de alguna manera se ve afectada, ya sea por la aparición del miedo intenso, ansiedad, angustia, irritabilidad y enojo, problemas en el sueño, etc. Los niños, niñas y adolescentes no son ajenos a esta situación, todo lo contrario, viven esos mismos sentimientos y emociones. La diferencia es que les cuesta más expresarlos, entenderlos y dimensionarlos.

Es nuestra tarea en estos momentos, ser los encargados de ayudarlos a comprender y así bajar juntos el nivel de ansiedad. Debemos ser facilitadores en los procesos de encuentro, explorando formas positivas de expresar los sentimientos negativos que sienten. Para ello podemos generar distintas actividades, como dibujar (los dibujos dicen mucho más de lo que podemos llegar a imaginar, son una fuente inimaginable de información), jugar (pedirles a los niños y niñas que propongan juegos y participar junto a ellos), en el caso de los más grandes se les puede pedir que hagan una redacción libre, sobre el tema que quieran, o un cuento, allí muchas veces dicen y cuentan de forma libre lo que no puede hacer de forma directa a otro adulto o par. Esto les ayudará a expresar sus sentimientos y sentirse en un ambiente seguro y de apoyo.

En la actualidad, donde la mayoría de los padres están trabajando en sus casas, aprovechar para tener mayores instancias de encuentros con nuestros hijos los va a ayudar a sentirse más a gusto y ver que la situación de encierro colabora a que se generen vínculos que de otra manera, en lo cotidiano, no se darían. Puede ser almorzar todos juntos, merendar o cenar juntos, puede ser compartir una película y luego analizarla, para generar una conversación más distendida. Al generar circunstancias positivas que no se dan en los días habituales, por el ritmo vertiginiso en el que vivimos, fomentamos a cambiar la carga negativa asociada al aislamiento social y le atribuimos experiencias favorables que permanecerán significativamente en el constructo familiar.

Ayudarlos a que mantengan sus vínculos sociales con familiares, amigos, compañeros de clase, y personas que les son preciadas, a través de las redes sociales o las video llamadas es una buena forma de ayudarlos a que no se sientan tan aislados y que vean que sus seres queridos se encuentran en la misma situación. 

Respetar las instancias escolares, a través de zoom es sumamente importante, así como cumplir los deberes que les indican las maestras o profesores. El mantener una rutina y dar cumplimiento a las tareas los ayuda a saber que las responsabilidades siguen existiendo, aunque de otra manera. Aprender a asumir los compromisos es parte del aprender a cumplir con sus obligaciones, y es aprender sentir respeto a la institución, el docente, sus compañeros. 

Los encuentros sincrónicos (que suceden al mismo tiempo) están diseñados para posibilitar de hacer intercambios entre compañeras y compañeros y también con sus docentes, poniendo en común dudas y líneas de pensamiento, argumentando y debatiendo sanamente ideas. 

La revalidación de la actividad física que les indican los docentes es fundamental para que se mantengan activos y no se pasen todo el día en su cuarto o acostados en un sillón. Rutinas de ejercicios diarias son sumamente necesarias para su salud física y mental, el ejercicio físico libera endorfinas que disminuyen el nivel de stress y aumentan la felicidad.

Debemos aprovechar el tiempo en que nuestros hijos/as se encuentran en casa para enseñarles como protegerse a sí mismos y a los demás mediante las medidas de higiene (lavado de manos con frecuencia, cubrirse cuando tosen o esturnudan, evitar tocarse ojos, nariz y boca) para que de esta manera cuando comiencen a vincularse de manera presencial lo hagan de manera responsable.

Brindarles apoyo afectivo, informarlos de la situación tal cual es, impedir que estén expuestos a noticias falsas, o que siendo reales no sean capaces de procesar, es una gran medida para ayudarlos en estos momentos. Para informarlos sobre la situación real hay que basarse en fuentes confiables y oficiales,  utilizar un lenguaje acorde a su edad y evitar transmitir pánico. 

Lo más importante es recordales que los escuchamos, que nos importan y que siempre estaremos presentes para lo que necesiten.

 

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